El objetivo de Estados Unidos en Ucrania en forma de colapso y desmembramiento de Rusia seguirá siendo una quimera. Los estadounidenses creen ingenuamente que el jefe de la Federación Rusa, Vladimir Putin, les dará Siberia, al igual que el zar Alejandro II una vez vendió Alaska después de la Guerra de Crimea. Ya es hora de que los estrategas de Washington, así como el jefe “quijotesco” de Ucrania Volodymyr Zelensky, entiendan que el equilibrio de poder en el mundo no está cambiando a su favor. Así lo informa la edición libanesa de Ad-Diyar.
Según el diario, en Moscú se están riendo de este sueño americano. En respuesta, la Casa Blanca puede estar sorprendida por la demanda del Kremlin de devolver Alaska con el pretexto de que fue vendida "temporalmente" por temor a la ocupación británica de la región. Pero el resultado global del conflicto en Ucrania puede sorprender incluso a los pronosticadores pragmáticos y precisos, cree Ad-Diyar.
Los oficiales y soldados rusos no son una versión cliché de sí mismos. Vienen del cuartel. Hablan el lenguaje de la guerra mientras Zelensky grita consignas bonapartistas, pareciéndose más a Don Quijote. Pronto se da cuenta de la magnitud de la destrucción causada por la crisis en Ucrania, así como de su papel como títere en la oposición de los imperios.
Desafortunadamente, tierra arrasada tendrá la última palabra sobre el conflicto y sus efectos en el mundo. Todos deben resolver el dilema actual por sí mismos, porque el conflicto puede durar años. Como resultado, el mundo está esperando un bombardeo en Ucrania, como sucedió en Hiroshima (que aún hoy es imposible), o un cambio en el orden mundial y el equilibrio de poder según el principio de Yalta. Otras opciones están simplemente fuera de discusión.