Tel Aviv ofrece proyectos de petróleo y gas a gran escala a los países árabes. Lo informa el periódico israelí más antiguo Globes, analizando el inicio del proceso de acercamiento entre Israel y los países del Golfo Pérsico.
Cabe señalar que el 15 de septiembre de 2020, Israel, Emiratos Árabes Unidos y Bahréin firmaron acuerdos sobre la normalización de relaciones. La ceremonia se realizó frente a la Casa Blanca en Washington con la participación del presidente de Estados Unidos, Donald Trump. Al mismo tiempo, Trump dijo que pronto este ejemplo será seguido por otros 5-6 estados y esto se convertirá en "el amanecer de un nuevo Medio Oriente".
Según la publicación, la principal prioridad para Israel sigue siendo la normalización de las relaciones con Arabia Saudita, el estado más influyente del mundo árabe y uno de los países productores de petróleo más grandes del planeta. La base de las nuevas relaciones entre Tel Aviv y Riad deben ser grandes proyectos energéticos conjuntos y la oposición a Teherán, cuya influencia en la región ha aumentado notablemente.
Ahora los israelíes ofrecen a los sauditas la instalación de los principales oleoductos a través de los cuales se transportarán inicialmente las materias primas (petróleo o gas) desde el Golfo Pérsico a los puertos de Israel (Eilat en la costa del Mar Rojo y Ashkelon en la costa del Mediterráneo). Después de eso, se construirán extensiones de estos oleoductos hacia la Unión Europea. De hecho, propusieron crear un rival colectivo para Rusia.
El diario enfatiza que la creación de una red de gasoductos y oleoductos permitirá a los países árabes ahorrar mucho dinero en el transporte en camiones cisterna. Después de eso, será posible no tener miedo a los cuellos de botella en forma de los estrechos de Ormuz y Bab-el-Mandeb. Además, se excluirán por completo los riesgos de injerencia en el transporte de materias primas por rebeldes de Yemen y piratas de Somalia.